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Alucinaciones en un castillo de naipes

Breve reseña sobre una visita al Hospital Victor Larco Herrera .(Lima - Perú, 2011)

Publicado: 2015-09-22

Muchos mencionan su nombre en tono lúgubre, como si fuese una casa de espantos, como si se tratase del averno, a veces es visto como un circo, solo que “los personajes” son seres humanos que se desconectaron de la realidad y necesitan ayuda. Es así como una mañana algo gris un grupo de alumnos del III y IV ciclo de psicología nos acercamos al pabellón 2 del área de geriatría del Hospital Nacional Víctor Larco Herrera para realizar algunas dinámicas con los pacientes e interactuar un poco con ellos. En el presente ensayo se abordará la experiencia particular de cada estudiante, en este caso mi propia experiencia como parte del cuerpo de alumnos que por primera vez pisábamos el más grande espacio de atención a los problemas de salud mental del país que a su vez parecía un gran espacio abierto abofeteado por el olvido del estado.  

Pacientes del hospital víctor larco herrera

El Hospital más grande en lo que refiere a salud mental en el país, uno de los tres pilares de atención a los pacientes con demencia y otros trastornos. Se encarga del despistaje, abordaje, recuperación, promoción y prevención de enfermedades de salud mental. Creado en 1918 con el nombre de "Asilo Colonia de la Magdalena", este nosocomio que antes abarcaba basto territorio, hoy, ya después de haber realizado los recortes al terreno sigue mostrándose amplio, con áreas verdes donde los pacientes pueden caminar y alejarse por un momento de las paredes ya húmedas y añejas del hospital.

Medalla de bronce  con el nombre inicial del nosocomio

Sin embargo la realidad del Hospital Larco Herrera no es muy distinta a la realidad de los demás hospitales del país. Si bien se sabe el sector salud es tema de debate en los proyectos de los que aspiran a sentarse en el sillón presidencial, la realidad se apoya en el 4,6 % del PBI -según el Banco Mundial- que el estado peruano invierte en el sector salud. Y con menor énfasis se atiende lo que es la salud mental, no se practican políticas de promoción y prevención, escasean medicamentos y los familiares de los pacientes se ven obligados a comprarlos fuera del hospital, es notorio el descuido en el mantenimiento de infraestructura del mismo, pues el hecho de que el hospital tenga 93 años acuestas no justifica lo maltratada que está su infraestructura, ni el abandono de buena parte de los 211 000 metros cuadrados que brillan por albergar aire.

Si bien solo pudimos visitar uno de los pabellones (el pabellón 2 – geriatría) no es posible en sí dar a conocer a pleno la realidad concreta del nosocomio, quizá este pabellón esté mejor que otros, quizá esté más desgastado que los demás. Mis juicios de valor sobre algo tan objetivo como la descripción de un hospital tan grande no los puedo dar a priori. Pero de algo sí estoy segura, es que el hospital tiene mucho de los demás hospitales que están bajo la dirección del estado:

El Hospital Víctor Larco Herrera si bien es un hospital de suma importancia para la salud mental a nivel nacional, está regido por el MINSA (Ministerio de Salud) y la Beneficencia Pública de Lima, viene siendo ignorado por ambas instituciones, es ignorado por el estado peruano que aún demuestra su incompetencia por brindar salud gratuita y de calidad al amplio y diverso tejido social que conforma nuestro país. Quizá lo esencial sería un aumento en el presupuesto al sector salud, como el que invierte Cuba, con un 8,8% del PBI, a esta arista político social primordial para el ser humano podrían evidenciarse mejoras que vayan más de lo apócrifa propaganda expuesta por el gobierno anterior, que si bien, en su plan rumbo a la presidencia 2006- 2011 supo alardear, hoy solo se muestra el descuido, las negligencias, la falta de abastecimiento y las mentiras que dejaron una vez más el gobierno de turno.



Escrito por

Jennifer Sánchez

Barrios Altos, Lima 1992. Afro, Comunista Libertaria, 6to año de Psicología, deportista, Subterránea y aprendiz de feminista.


Publicado en

Gata negra

De todo un poco.